Generación tras generación vemos que hay juegos que se mantienen. Jugar a las casitas es uno de ellos. Los juguetes y las casas van cambiando y se adaptan a las nuevas generaciones pero el juego se mantiene. Las casitas son como ese pequeño lugar suyo, privado en el que los mayores no pueden entrar y en el que se sienten agusto.
Este juego es ideal para dejar volar la imaginación de los más pequeños y que den rienda suelta a su creatividad: jugar a tomar el té como si se encontrarán en londres, imaginar que son una pequeña tribu que vive en una cabaña, crear una habitación secreta …
Tener una casa propia es algo con lo que todos soñamos desde pequeños, es por eso, que jugar a las casitas no pasa de moda y se convierte en un juego plagado de imaginación en todas las generaciones. Es a partir de los 4 años, aunque depende de cada niñ@, cuando los niños empiezan a desarrollar ese sentimiento de querer un espacio propio y privado.
Es importante respetar ese espacio y dejar que el niño se descubra, conozca su entorno y experimente por sí mismo. A partir de este momento los niños desarrollan su independencia, aprenden experimentando y desarrollan su personalidad propia.
Es muy importante fomentar y ayudar a que los niños se descubran a si mismos y que encuentren su lugar. Jugar a las casitas a parte de ser divertido ayuda a potenciar estos aspectos. Buscar un lugar secreto privado es una buena opción para ello existen una amplia variedad de casas personalizadas con sus personajes favoritos:
Todos sabemos lo importante que es que un niño se desarrolle durante sus primeros años…
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